Después de los sucesos ocurridos en
Cuernavaca, donde dos jóvenes murieron a
causa de la extraña historia de un maniquí de
payaso que cobró vida en una banca de una
restaurante de comida rápida.
La noticia corrió como pólvora y de inmediato
más y más rumores comenzaron a girar en
torno al maniquí. Sentado en esa banca de
plástico con un brazo extendido invitándote
para tomarte una bonita foto del recuerdo o
simplemente abrazarlo. Pero después de las
muertes de Alberto y José un semblante
lúgubre cubrió esa figura colorida y ahora es
sitio de horror. Muchos niños y jóvenes
apuestan a sentarse por las noches junto al
payaso y hablarle para ver si les contesta.
Uno de tantos osados fue un niño de 13 años
de origen asiático de nombre Yun Huang.
Cursaba el segundo grado de secundaria en
dicha ciudad. Él y sus amigos habían
escuchado sobre las muertes y también de
quienes apostaban por sentarse allí a media
noche.
Propuso a sus amigos la apuesta de sentarse
junto al dichoso payaso, los demás aceptaron
gustosos y echaron suertes para ver quien
sería el “afortunado ganador” de visitar al
payaso.
Para variar Yun fue el seleccionado y
acordaron que llevaría una cámara de video
para grabar la evidencia de que estuvo allí. El
evento se llevaría a cabo esa misma noche a
las 12:00 en punto, se sentaría en la al lado de
la figura y la hablaría para comprobar si la
historia era cierta.
Yun tenía miedo, pero no quería quedar en
ridículo frente a sus amigos asi que acepto la
apuesta. Cuando faltaba media hora para la
hora pactado, se escabulló de su casa, en la
otra cuadra ya lo esperaban dos de sus amigos
con el hermano mayor de uno de ellos.
Llevaban el coche de los padres de su amigo,
lo iban a llevar y a recoger del sitio donde
estaba el payaso.
Cuando llegaron a Yun le empezó a entrar
mucho el miedo, y por la pena de no echarse
para atrás no dijo nada. Se bajó del coche, sus
amigos le dijeron que lo recogerían a las 12:30
junto con la evidencia de lo sucedido. El auto
se alejó y Yun quedó solo en la avenida
desierta.
Tragando saliva se dio vuelta y miró hacía
donde estaba la banca con el payaso. Caminó
lentamente, preparó la cámara para grabar y
poco a poco se aproximó a la banca. Cuando
llegó el miedo se apoderó de él pero tendría
que cumplir.
Puso la cámara en grabar y se sentó junto al
payaso. Enfocó su rostro blanco con rojo y le
habló.
Estoy muy cansado dijo repitiendo las palabras
de José esperando que le contestara “Yo
también”. Pero nada pasó, el payaso
permaneció inmóvil en su lugar.
Pasados quince minutos Yun se empezó a
impacientar pues no daba resultado por más
que le hablara, la cámara captó cada cuadro
pero no sucedió nada anormal. Eran las 12:20
cuando se dio por vencido, tomó su cámara, se
levantó y trató por última vez de lograr su
objetivo.
Estoy muy cansado volvió a repetir, pero no
obtuvo reacción alguna. Decepcionado se dio
la vuelta y caminó a la calle para esperar que
pasaran por el.
Adios Yun, vuelve cuando quieras se escuchó
una voz fría a sus espaldas.
Cuando los amigos llegaron por Yun, lo
encontraron tirado en la banqueta, estaba
muerto, tenía en su rostro una expresión de
terror que hizo que los presentes se
estremecieran, su cámara aún grababa. La
tomaron y corrieron el video para saber que
era lo que había pasado. Cuando Yun se dirigía
a la calle y la voz del payaso sonó, se dio
media vuelta, el muñeco con cara diabólica le
decía adiós con una mano y ahí el corazón de
Yun falló.
Hoy en día, el payaso sigue ahí, pese a los
sucesos acontecidos sigue sentado en su lugar.
La pregunta es: ¿Te atreves a visitarlo?.
sábado, 31 de agosto de 2013
Creepypasta Ronald Mc'donald leyenda cierta
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario